Como el diente de león

¡Que más quisiera yo que tener siquiera alguna de sus cualidades!

Pero ya que no, quisiera parecerme al diente de león en que quien le conoce; le valora, le aprecia y le puede utilizar en su beneficio.

Aunque yo no pueda contribuir a la mejora de la salud, ni aportar nutrientes al cuerpo; me propongo, de manera similar a como el diente de león dispersa las cipselas (en mi caso, palabras escritas) con ayuda del viento; (en este mi caso, etéreo, subliminal o virtual); con la ilusión, esperanza y confianza de que sirvan a alguien, en algún momento, para mejorar la salud de su espíritu; ya sea de manera positiva, porque haya encontrado algo que le reconforte; o negativa, reafirmándose en su opinión contraria, lo cual también puede satisfacer.

domingo, 23 de abril de 2017

El gaucho Martín Fierro


El año que no ganó la fase regional del concurso de dibujo técnico -contaba, a la sazón, dieciséis- viajó, en verano, por primera vez a Barcelona. Iba a pasar unos días con su abuelo paterno que vivía desde cinco años antes con su hija; casada con un catalán de interior. De la provincia de Lérida, concretamente.
Este catalán le recibió muy bien. Su esposa -tía del protagonista- le decía: te quiere tanto, porque cuando residieron aquí tus padres, estaba enamorado de tu madre. No es que el catalán -su tío- lo hubiera manifestado de ninguna manera, nunca; pero hay cosas que no escapan a la intuición de las mujeres. El protagonista lo tuvo por cierto, porque comprendía que su madre tenía encantos suficientes para enamorar a cualquier hombre.

Su tío vivía de "las rentas". No trabajaba. El matrimonio poseía una tienda, que producía beneficio suficiente para vivir cómodamente. Vivían en su casa, además del matrimonio, el padre de la esposa -abuelo del protagonista- una tía de la esposa -cuñada del abuelo- que hacía de cocinera; una joven leonesa que era la dependienta de la tienda; y, como no tenían hijos y el piso era muy grande, dos inquilinos en sendas habitaciones: un hombre y una mujer.

El tío, paseaba por Barcelona, como por su pueblo. Ya vivía allí desde antes de la guerra. Había vendido sus tierras en el pueblo y había comprado en Barcelona un negocio de alimentación y un solar. El solar, después de la guerra, fue comprado por el Ayuntamiento, para construir una escuela. El matrimonio ganó bastante dinero con esa venta, que invirtió acertadamente. Y comenzaron a incrementar sus ahorros. A invertir de nuevo y a seguir acrecentando su capital. Ya no se ocupaba de los negocios. Los administraba su esposa. Él, solo paseaba, se juntaba con los amigos en La Rambla a la altura de Canaletas, tomaban el aperitivo, charlaban, se metían con el gobierno -de Madrid, claro- y otro paseo a casa para comer, leer la prensa antes; y luego hacer la siesta.

Cuando el sobrino llegó a su casa, el tío le colmó de regalos. Y no sólo eso. Cambió su rutina para hacer de cicerone del sobrino. El protagonista conoció así, acompañado por su tío, Montjuich, el Castillo, la Fuente Monumental, el Estadio, el Pueblo Español, los jardines, las Ramblas, la fuente de Canaletas, el parque Güell, los edificios de Gaudí, la Sagrada Familia, estatua de Colón, el puerto, las "golondrinas" del puerto, en fin, todo Barcelona.
Pero es que además, la Barceloneta, el Barrio Chino, los Encantes, el Barrio Gótico, Ayuntamiento y Plazas, Palacios, etc.

Un día, que no era el de San Jorge, habíase dado el tío un paseo en solitario por la feria del libro de ocasión. Y compró un libro para su sobrino.
¡Toma!, le dijo. He estado en la feria del libro usado y he comprado este para ti. El sobrino lo cogió en sus manos y leyó el título: Martín Fierro.
Ese libro supuso para el sobrino, un salto de Emilio Salgari, Daniel Defoe y Julio Verne a otro tipo de lectura; como cuando dejó de leer tebeos para leer a Julio Verne en aquellas ediciones que tenían el texto en la página de la izquierda y dibujos en la de la derecha.

Seis versos se grabaron a buril en su memoria:
No me aparto de la güeya,
aunque vengan degüellando;
con los blandos, yo soy blando;
y soy duro con los duros;
y ninguno, en un apuro;
me ha visto andar tutubiando.


En cierto modo, el sobrino suplió por un breve periodo de tiempo, la falta de un hijo de
su tío. También el tío, fue como un padre para el sobrino, durante los pocos días que compartieron de sus vidas.

El delineante.

Andaba por los dieciséis años. Fue un año glorioso para él. Había ganado el concurso anual de dibujo técnico en su circunscripción y le enviaron a competir con los de otras circunscripciones. Era el siguiente nivel y se realizó aquel año en una Universidad Laboral.
Una semana con viajes y manutención gratis en una ciudad a la orilla de un gran río y lleno de chicas y mujeres jóvenes muy guapas.
Se había presentado al concurso otro joven mas mayor -quizás dieciocho o diecinueve- que ya no era estudiante. Trabajaba en "La Standar" una gran empresa de la capital del reino. Por supuesto era el ganador de su circunscripción.
El material técnico que llevaba era impresionante: gran caja de compases y bigoteras, "rotrings" de diversas medidas, gran número de lapiceros con casi toda la gama de durezas de grafito, escalímetros, reglas y cartabones de primera calidad, plantillas de letras, de óvalos, de elipses, de exágonos...
Tan impresionante era el material que había facilitado la empresa a su representante, que el "profesor" de dibujo quedó deslumbrado por el instrumental.
Los dos primeros días no se separó del candidato poseedor de tan variados y novedosos instrumentos de dibujo. Le observaba dibujar con tanta atención, que daba la impresión de que su verdadero interés consistía en aprender como funcionaban y se utilizaban los instrumentos, al parecer, desconocidos para él hasta entonces. De vez en cuando observaba al delineante que tenía a su derecha, mas de tarde en tarde al de su izquierda, esporádicamente a los otros que tenía a su alrededor.

El del año glorioso, el protagonista de esta historia, no recuerda o no sabe por qué se había colocado tres o cuatro filas mas atrás. Estaban situados todos- eran unos ocho o diez- por el centro del aula, hacia la derecha. Algunos en mesas contiguas, otros en mesas separadas pero aledañas. Todos bastante juntos para las dimensiones del aula. Los que no estaban en la misma fila, estaban en la anterior o en la siguiente. Todos en tres filas de mesas.
El protagonista se instaló, como ya se ha dicho un poco mas separado. Un poco mas alejado. ¿Porqué?
Cualquiera podría pensar que fue debido a su carácter. Y no andaría muy descaminado. Podría pensarse que se debió a carencia de seguridad en sí mismo. No. Nada de eso. Podría pensarse que le guió la timidez o su casi absoluta carencia de soberbia, vanidad o fatuidad. Estarían mas acertados.
Otra cosa es indagar en las causas que habrían forjado ese carácter.
Quizás algún acontecimiento traumático sucedido algunos años antes, le hubiera marcado, le hubiera acomplejado. Quizás ese hipotético acontecimiento, le pesaba como una losa, le dolía y le condicionaba. Quizás.
No supo nunca si su comportamiento estaba condicionado por un trauma no acabado de superar o si era debido a su carácter.
Lo cierto y real era que, para dibujar; como para cualquier otra tarea que afrontaba, tendía al aislamiento. Con el único motivo de facilitarse a sí mismo un espacio libre de distracciones, que le permitiese concentrarse mas y mejor en lo que se disponía a realizar.

Le dieron una pieza metálica, se supone que igual que las que dieron a sus adversarios. Nunca lo supo, ni le preocupó. Dibujar -en dibujo técnico- es representar lo que se tiene delante. No importa que las piezas sean distintas. Con ver el dibujo, se sabe que pieza se ha dibujado.
Se centró en ella. Había que dibujarla primero a mana alzada. Luego tomar medidas y pasarlas al "boceto". Por fin, dibujar; primero "a lápiz" y luego "a tinta" la susodicha pieza. Hacer un plano real de ella, suficiente para que el operario de taller pudiese realizarla.

Con su lapicero -ya enano de las veces que le había afilado- del número dos hache (2H), comenzó a trazar verticales, horizontales, paralelas, perpendiculares, ejes de simetría, círculos, rectángulos, triángulos, cuadrados, semi-círculos, trapecios, rombos, elipses...
Terminó la primera jornada. Al día siguiente, acabó de hacer el dibujo previo. Había terminado de acariciar el papel con la punta del lápiz, afilándole con la cuchilla de afeitar en cuanto perdía la finura de la punta. Era el momento de utilizar el lapicero hache-be (HB), mas blando; para repasar los trazos de las líneas ocultas primero -cuando está mas afilado, pues teóricamente los trazos ocultos deben ser mas gruesos que los ejes de simetría, pero mas finos que las lineas visibles- y los contornos después.

A media mañana del tercer día, se le acercó el fraile profesor. Ya era hora, pensó él, que empezaba a sentirse discriminado. No deseaba de ninguna manera tenerle como sombra. No era una situación agradable para él y aunque hubiese sido soportable, podría haber condicionado su manera de trabajar y haber influido en el resultado.

Le sonrió, le preguntó afablemente qué tal iba. Le respondió que bien, que mirase sus dibujos. El fraile lo hizo. Los observó detenidamente, le miró a los ojos y le dijo: ¡oye! ¡que los bocetos se hacen a mano alzada, sin reglas ni cartabones! En ese momento supo que no iba a ganar el concurso.

Pero en ese momento supo que era el mejor de los que allí estaban. No dijo nada. No se ofendió. No se defendió. No porfió. Solo dijo ¡¡claro!!. Pero en su fuero interno sabía que el fraile-profesor-tutor-evaluador o lo que fuese; no se fiaba de él. Y que esa desconfianza, iba a pesar en la valoración del trabajo. Quedó el tercero. Para los demás.
Pero él sabía que no solo era el mejor, sino que era tan bueno, que para quien tenía que evaluarle, era inconcebible que se pudiera dibujar a mano alzada con aquella precisión. Y ello le bastaba.

jueves, 16 de marzo de 2017

Populismo y la perversión del lenguaje


Que el lenguaje cambia es una evidencia. No hay mas que ver cualquier escrito de tiempos pretéritos. No tendría nada que objetar si esa evolución fuese natural (espontánea y no afectada).

Entiendo por natural la adopción de nuevos vocablos que la gente necesita para denominar a nuevas realidades científicas o tecnológicas: astronauta por explorador del espacio exterior o bloguero por escritor en el ámbito virtual; por ejemplo.

O el uso generalizado de voces antes limitadas a un ámbito restringido. Clon puede servir de ejemplo.

También considero natural que se adopten palabras de otros idiomas que castellanizadas denominen nuevas realidades que se introducen en la comunidad hispano-hablante, como ha sucedido a lo largo de la historia. En tiempos: tomate, patata, pimiento, chocolate... y hoy en día: blog, güisqui, sake...

La perversión ocurre cuando se utiliza mal, adrede, el léxico; atribuyendo nuevos significados a palabras viejas; cuando se cambia la sintaxis con nuevos usos impuestos por lingüistas tan especializados y "cultos" que en su afán por demostrar su conocimiento profundo, no ya de la propia lengua, sino de la lengua muerta de la que procede e incluso de otras lenguas con las que comparan la suya; adoptan el pretendido uso que los usuarios mas cultos hacían de aquella lengua ya muerta.
También se pervierte la lengua cuando se adoptan modismos porque se lleva, porque queda bien, por parecer mas chic o para demostrar que se está en la pomada.

Así nos encontramos que para decir lo que antes se decía "es muy bueno" ahora se dice "es guay" o "es divino de la muerte" o "es que te cagas"; habiendo toda esta retahíla de sinónimos de bueno:

bondadoso, afable, tierno, compasivo, honrado, virtuoso, recto, justo, honesto, bonachón, servicial, benévolo, bienhechor, caritativo, humano, humanitario, piadoso, sensible, comprensivo, indulgente, amable, ingenuo, cándido, simple, candoroso, inocente, crédulo, sencillo, útil, conveniente, oportuno, adecuado, provechoso, beneficioso, favorable, servible, ventajoso, saludable, agradable, gustoso, gracioso, divertido, grato, apetecible, sabroso, rico, magnífico.

Como consecuencia de esto, ahora se dice -como no podía ser menos- que alguien es "muy amigo de sus amigos". Una perogrullada.
Que "ha puesto encima de la mesa" o que "ha puesto negro sobre blanco" para dar a entender, respectivamente, que ha propuesto o que ha dejado escrito.

En vez de usar los superlativos, se dice ¿bueno? no, lo siguiente.
Pero...¿que siguiente? ¿en qué dirección? ¿en qué sentido? Por favor, decid óptimo o bonísimo si queréis decir que es mas que bueno y pésimo o muy malo si es lo contrario.
Otra perversión es utilizar el infinitivo como imperativo. En vez de hablad, bailad, venid, decid, haced, comed, bebed, etc., se dice hablar, bailar, venir, decir, hacer, comer, beber, etc.

Los efectos son los expuestos. ¿Y las causas?

Se puede alegar indulgentemente que estas consecuencias son debidas a la vorágine de la vida social, al auge de los nuevos medios de comunicación que facilitan el acceso de manera inmediata a los acontecimientos, a la necesidad de transmitirlos con urgencia y brevedad.
De acuerdo. Puede ser una atenuante.

No obstante, la indulgencia contempla esta realidad y ve solamente lo superficial. Si se analiza, se reflexiona y se intenta profundizar; es inevitable pensar en la influencia de la exigua educación que reciben los estudiantes. Esto nos llevaría a dudar de la formación de sus profesores y la idoneidad de las leyes de educación.
Yendo un paso mas allá, llegaríamos a los que hacen las leyes, a los políticos; y, como ellos están sometidos a las directrices de sus partidos, a la Política; que está informada por la ideología - principios y valores - de cada Partido Político.

Y aún mas allá, tendríamos que considerar de dónde sacan su ideología los Partidos Políticos; que no es otra fuente, otro origen, mas que el de los filósofos. Eso es la Filosofía.
Y para que nazcan nuevos filósofos, hay que propiciar un adecuado caldo de cultivo. Que, por supuesto, puede ser tolerante (otra palabra muy deslustrada)o restringido.

La Sociedad no avanzará hasta que impere la tolerancia. Eso que ahora se predica como carencia de la diestra y privativo de la zurda.

Así que para parecer guay del Paraguay, intentando meterse en la pomada, debe decirse que se pone negro sobre blanco y encima de la mesa; que se es, no amigo, sino lo siguiente, de tus amigos; que a su vez son divinos de la muerte.

Una de las que mas molan es la palabra populismo. Esta ya es de apoteosis o como dirían los niñatos y niñatas,(1) es d q t k gas.

(1)(no digo que es como lo diría un político, porque un buen político se cuida muy mucho de usar palabras polémicas) .

Dice el DRAE: Tendencia política que pretende atraerse a las clases populares. Usado mas en sentido despectivo.

Es verdad. (Si siguiese las modas, debería haber dicho "la verdad es que si"). Se predica de las zurdas y de las diestras que sacan los pies del tiesto. Como si los Partidos Políticos que mantienen los pies dentro no pretendieran lo mismo. ¿Cómo si no, se obtiene el Poder? ¿Cómo diantres se ganan las elecciones? ¿Cómo se convence a los y las que han de votar?

Diciéndoles y diciéndolas lo que quieren oír, lo que les gusta escuchar. No importa que sean mentiras, como en la canción de la enamorada que le pide a su amante: "dime que me quieres, dímelo por Dios; aunque no lo sientas, aunque sea mentira, pero dímelo. Dímelo bajito, te será mas fácil decírmelo así, y el te quiero tuyo, será "pa" mis penas; lo mismo que lluvia de mayo y abril"

La corrección política ha llegado al extremo de no atreverse a llamar a las cosas por su nombre.

Lo que ahora se llama populismo no es mas que demagogia. Tanto el de izquierdas, como el de derechas, el de centro, demócrata-cristiano, social-demócrata, liberal, comunista o socialista.

Demagogia es la perversión de la Democracia; uno de los tres sistemas políticos, definidos ya por Platón y Aristóteles (con la monarquía y la aristocracia; que a su vez, si se pervierten, se transforman en tiranía y oligarquía).

Por estas razones nada mas que esbozadas, se puede afirmar que la Democracia es y será siempre una entelequia. El sistema político que sustituyó a la dictadura fue, sigue y seguirá siendo una demagogia. 

martes, 12 de enero de 2016

Los Reyes Magos no son una cabalgata.



Los RRMM  no viajaron para rendir homenaje al hijo de Dios. Siguieron la estrella para homenajear al nuevo Rey de Israel, según ellos creían. No voy a transcribir el Evangelio que cualquiera puede leer.

Eso es la esencia. La Biblia no cambia en lo esencial. Puede haber ligeros matices o giros debido a las sucesivas traducciones y adaptaciones a las diversas lenguas; y al estilo, conocimientos y concepto interiorizado por los traductores; pero eso no cambia el fondo de la historia.

Otra cosa es la Fe. Puede creerse, o no, que Dios había venido anunciando por medio de los profetas que nacería ese niño, que sería hijo suyo y donde y cuando nacería. Se puede creer, o no, que a María y a José les reveló Dios el Misterio, por medio de Ángeles y que los libró de Herodes de la misma manera.

Los Cristianos Católicos lo creemos; o como poco, queremos creerlo; y así lo manifestamos en nuestro Credo. Y aunque no seamos santurrones, o ni siquiera practicantes metódicos y sólo acudamos a puntuales ceremonias tales como funerales, matrimonios, o bautizos; la transmisión oral dentro de la familia o por la catequesis es bastante para fijar unas normas de conducta, que constituyen la base de la moral y la ética cristianas, que simplificamos en tratar a nuestros semejantes como a nosotros mismos.

Los demás Cristianos, en esencia, vienen a ser como los Católicos. Hay discrepancias en la valoración de los ritos (transubstanciación, consubstanciación), en algunos dogmas de fe como la virginidad de María o la inexistencia del Purgatorio; o, pongamos por caso, el rechazo a la confesión de los pecados por medio de un intermediario entre el pecador y su Dios.
Todas estas discrepancias son accesorias y producto de las convenciones humanas.

La Religión se enseña y se aprende en los hogares. La familia enseña la Religión. Principalmente las madres de manera imperceptible, cuando con ese cuidado exquisito con que tratan a sus hijos; los cuidan y guían en sus primeros pasos; los enseñan a hacer pis, o a lavarse las manitas; los enseñan a hablar.
Cuando saben hablar, estimulan su cerebro introduciendo nuevos vocablos en el diálogo con sus hijos; de la forma mas delicada y sutil.
Esta interacción madre-hijo, que se produce de una manera solo perceptible por ambos, y que la madre realiza instintivamente, guiada únicamente por el amor que le profesa, va desarrollando al hijo. El cachorrito, curioso por naturaleza, pregunta a la madre; y, esta, con sus respuestas le abre el abanico del conocimiento. Le motiva para que use la imaginación y se introduzca en el ámbito de lo abstracto.

Para ello, y para transmitirle confianza y seguridad frente a los primeros miedos, utiliza un remedio infalible: recurre a lo intangible pero favorable y benigno. Le habla de personajes buenos que cuidan a los niños; que están siempre presentes, aunque no se vean. Le habla de ángeles, de otro niño como él pero muy poderoso y muy bueno, que le va a cuidar cuando no esté su madre cerca. ¿Que está haciendo la madre? Le está enseñando a rezar. Está construyendo los cimientos de una Religión.

Luego seguirá con los cuentos. Introducirá a su hijo en el mundo de la fantasía. Le hablará de duendes, de hadas, de magos... y de ogros y de brujas. De animales fantásticos, de hechos maravillosos... le contará fábulas e historias. De ratitas presumidas, sastrecillos valientes, caperucitas o cenicientas.

Y le contará la historia de la Humanidad, con los hechos que son comunes a todos los hombres y mujeres: el padre ciego al que cura su hijo con las agallas de un pez; el hombre mas fuerte de su pueblo que tenía la fuerza en su pelo y se lo cortó su esposa; la mujer que por curiosa se hizo estatua de sal, las ciudades arrasadas por el fuego porque sus habitantes no eran buenos; el hombre que construyó una barca tan grande que cabían todos los animales del mundo...

Cuando el niño vaya a la escuela, aprenderá a leer. Su curiosidad le llevará a profundizar en el conocimiento. Pero la religión ya la lleva aprendida de casa. (Como dice Rajoy de la gestión política) La esencia, lo esencial, ya lo sabe. Ha tenido las mejores maestras: su madre y su familia.
Y eso, no se lo borra nada ni nadie. Ni que adelanten la edad de escolarización, ni que prohíban las catequesis y las clases de religión. Ni que potencien otras religiones como la que nos considera "Gentes del Libro" por ser monoteístas, aunque con otras diferencias.

Ni que cambien los trajes a los personajes o cambien los personajes. Ni que las fiestas religiosas que sustituyeron a las paganas sean transformadas en celebraciones mundanas.
Es como pretender imponer un idioma a un pueblo que tiene el suyo propio. A mayor presión, mas resistencia. Cuanto mayor impedimento, mas interés y dedicación a conservar lo propio aunque sea en la clandestinidad. Esto ya lo ha soportado el Cristianismo en otras épocas.

En estos tiempos que vivimos en el ámbito que nos ha tocado, la sociedad en general, la gran mayoría de los individuos, ha alcanzado un grado de bienestar tal, que hasta los mas desfavorecidos por la fortuna, tienen a su alcance recursos que les facilitan la vida en gran manera.

No pretendo iniciar un debate político sobre la veracidad de esta afirmación o sobre las carencias que una parte de los individuos de esta sociedad puedan tener o sobre las causas que producen esos efectos. Sin entrar en ese coto, para llegar a donde voy me basta con la primera consideración.

Y a donde quiero llegar es a que, debido al grado de bienestar que nos rodea, nos hemos convertidos en auténticos materialistas, epicúreos y hedonistas. Hasta tal punto, que se da mas importancia a la forma que al fondo. Reina la apariencia y no la esencia.
Expresado de manera mas gráfica: damos por buenas las nueces si se ven limpias y pulidas sin tener en cuenta que no las queremos para adornar, sino como alimento; y que con esa finalidad, lo que importa es que estén sanas y no vanas.

Este materialismo que invade nuestras mentes, nos lleva a un estado similar al que se dice que tenemos cuando estamos enamorados. Es como una niebla extendida por el interior de nuestro cráneo, que nos impregna la sesera y nos hace percibir una realidad edulcorada. Un efecto similar al que dicen que producen las drogas, aunque no tan intenso ni pernicioso. Pero que a diferencia de ellas, cuyos efectos son pasajeros, esto que nos invade es permanente.

Y así como el enamorado ve todo de color rosa, los impregnados por el materialismo ven todo multicolor. No ven o ignoran con desdén los grises y lo negro. Se olvidan de que hay otras realidades.

Cuando yo era niño, vivía en un pueblo serrano. La época que me tocó vivir en mi infancia, fue la de una España autárquica, a caballo entre la época del racionamiento y los primeros años posteriores.
Entonces no estábamos los niños para cabalgatas, porque tampoco lo estaban los adultos ni los Ayuntamientos.
Soy consciente de que hoy, ahora, hay niños que viven en esas condiciones y peores y mucho peores. Yo no conocí el caballo negro de los cuatro del Apocalipsis. (La generación anterior, había conocido a los caballos bayo y rojo y la mitad de ellos no conocieron al caballo blanco). No lo conocí y doy gracias al Cielo. Pero muchos otros niños si que conocieron al caballo negro. Igual que hoy, otros niños lo conocen, como conocen a los caballos bayo y rojo. El caballo blanco no abunda y pocos alcanzan a verlo.

Los niños españoles de entonces, como muchos otros niños de hoy en muchos sitios, no necesitábamos  cabalgatas, sino alpargatas. ¡Ah! Pero creíamos en los RRMM. Los RRMM estaban en nuestra imaginación, en un ámbito etéreo, abstracto. Porque la historia, los hechos acontecidos no eran considerados como tales. Habían trascendido a esa otra realidad. A una realidad virtual.

Eso es grandioso, maravilloso. Cada niño tenía una visión de los RRMM personal e intransferible. No como ahora, que todos los trasladan a su memoria, como se los presentan. Porque se los enseñan. Son reales, están ahí. Ya no fantasees imaginando como serán. No te esfuerces. Ya te decimos nosotros como tienes que verlos.
Es como leer un libro y construir en tu imaginación y memoria tu propia versión del relato o ver una película basada en ese libro que anula cualquier otra realidad que pudieras suponer. Conoces la versión del director de la película. Renuncias a conocer cualquiera de las infinitas versiones que puede brindar el libro. Entre ellas, tu propia versión.

Por todo lo dicho, no doy mas importancia a las cabalgatas, que la que supone un acto festivo sin mayor transcendencia. Un desfile de elementos multicolores, edulcorados, que disfrazan y ocultan la verdadera realidad, la esencia.

Un pretexto mas para promover el consumo masivo. En este caso, principalmente de juguetes. Desde este punto de vista, tienen un pase las distintas versiones de cabalgatas de RRMM.

Lo que tienen que saber los niños es que eran personajes singulares, importantes y sabios, puesto que observaban el cielo y distinguían estrellas, planetas y cometas. Que estaban informados.
Que se produjeron unos hechos extraordinarios y concluyeron que iba a nacer otro personaje tan extraordinario, o mas, que ellos mismos y que fueron a ofrecerle lo mejor de lo mejor que tenían para mostrarle su respeto. Ellos creían que era un nuevo Rey de la Tierra (de lo tangible) y no sabían que estaban equivocados. Era el nuevo Rey de un ámbito trascendente. De lo intangible, lo abstracto, lo etéreo.
Porque un niño, para vencer sus primeros miedos, debe creer que el niño al que reza, al que invoca, tiene un inmenso poder y puede protegerle de cualquier peligro. Esa es la esencia para mi. Ese su significado. Esa su finalidad.

lunes, 21 de diciembre de 2015

La encrucijada





Recuerdo con nostalgia cuando un Presidente socialista supo estar a la altura que demandaban los tiempos, diciendo si a la OTAN, después de haber predicado que no. Que negoció y firmó el Tratado de Adhesión a la CEE. Que llevó a su partido a la renuncia de los postulados marxistas, evolucionando hacia la Socialdemocracia reformista. Que de político “provinciano” o “doméstico” supo evolucionar a Nacional e Internacional, adquiriendo el prestigio de Gran Estadista.

Supo encontrar buenos consejeros como Willy Brandt y tuvo cintura para lidiar con las mayorías y las minorías políticas y sociales internas y externas. Sobre todo, tapó la zanja que separaba a las dos Españas; que permaneció tapada mientras dependió de él.

Todo eso, que son luces, y que no es poco; le hacen merecedor de indulgencia de las sombras que se hubieran podido dar durante sus mandatos; que, como en tiempos de cualquier otro mandatario; se pueden producir, debido mas a la mala voluntad de terceros que a la del propio Dirigente.

Se decía en los albores de la actual “Democracia”, que no sería perfecta hasta que gobernara la “Izquierda”. Y cuando el PSOE ganó en 1982, se decía: ahora si que la “Transición” está consolidada. En 1996 cuando ganó el PP, se decía que faltaba ese avance para considerar que la Transición había alcanzado la “perfección” puesto que se había alternado el poder con naturalidad.

Estamos ante un nuevo reto. Un nuevo desafío que de nuevo pone a un dirigente socialista ante una encrucijada. ¿Tendrá Pedro Sánchez sagacidad para distinguir los buenos de los malos consejeros? Los consejeros “domésticos” quizás sean válidos para recomendar zorrerías. Pero para enseñar el camino que ha de escoger alguien que aspire a Estadista, hay que recurrir a estadistas.

Hoy, no hace falta recurrir al exterior, pues los tenemos. Dentro de su partido los tiene de ambos pelajes: de raposo y de león. Pero no estaría de mas que pulsara otros no tan cercanos. Para que los cercanos troncos no le impidan ver la grandiosidad del bosque.

Mi opinión es una entre 46 millones y eso es lo que vale. Dejo esto escrito y quedo a la expectativa. Cuestión de tiempo.




lunes, 2 de noviembre de 2015

Catalanes descontentos y leyenda de Svatopluk I

Svatopluk I, fue el segundo Rey de la Gran Moravia entre los años 871 y 894.

Le traigo a cuento porque a él se le atribuye la leyenda del padre que en el lecho de muerte pidió a sus tres hijos que salieran al bosque y trajesen cada uno una rama seca caída en el suelo. Cada rama debía tener el máximo grosor que pudiera cada uno de ellos tronzar con las manos.
Así lo hicieron y ya ante su padre, éste les dijo que se las diesen. Las juntó y se las dio a uno de sus hijos diciéndole que las partiese juntas. No pudo. Y le dijo que se las diera a uno de sus hermanos para ver si podía. Tampoco fue capaz. Y tampoco el tercero, cuando se las dieron para ese fin.
El padre les dijo entonces la razón de su capricho: con este ejemplo he querido fijar en vuestra memoria la idea de que la unión hace la fuerza. Si permanecéis juntos, seréis mas fuertes que si cada uno de vosotros actúa por su cuenta.

Habiendo tenido noticia de esta leyenda un padre contemporáneo, le pareció oportuno llevarla a la práctica con sus tres hijos y no esperar al lecho de muerte, porque nadie sabe nunca cuando va a morir, ni dónde; ni si los hijos van a estar presentes cuando aún se permanezca vivo; ni si se va a tener lucidez bastante y memoria oportuna. Así que cuando sus hijos eran aún obedientes y curiosos, les hizo el mismo encargo con el mismo resultado. Y les pidió que, como hermanos que eran, siempre se ayudaran en lo que pudiesen y se mantuviesen unidos.

¡Que grandeza de miras! ¿Que mejor consejo y que mejores intenciones? ¡Ah! si la naturaleza humana no fuese tan compleja.

Sería coherente el Rey si el reino se lo asignara a uno solo de sus hijos. En Cataluña tenéis la Institución del Hereu o la Pubilla. En Castilla sin embargo, creyéndolo mas justo, la herencia de un padre se divide a partes iguales entre los hijos.

Sería paradójico que un padre castellano pusiera el ejemplo de la unión a sus hijos, si luego él mismo fuese a dividir el patrimonio entre ellos. Tan paradójico como si el Rey Svatopluk I hubiese dividido su reino en dos o tres partes con la intención de ser justo con los hijos y dar a cada uno una parte equivalente.

A Julio César se le atribuye la máxima Divide et Impera, consejo llevado a El Príncipe de Maquiavelo dedicado a Lorenzo II de Médici y posteriormente lema de Napoleón.

Es posible y hasta probable que tanto la Leyenda de las Tres Ramas como la máxima Divide et impera, sean anteriores a los personajes a los que se atribuyen; todo lo cual carece de interés. Es el fondo lo que importa. La esencia. No la forma. Abstrayéndonos de quien lo pudo haber dicho y para que pudo haberlo usado, la razón nos dice que ambas son ciertas. Y que ambas se contraponen.
Que la unión hace la fuerza, cualquiera lo sabe, lo conoce y lo entiende. Que, por tanto, si divides es mas fácil ganar; es igualmente sabido, conocido, entendido y deducible de lo opuesto.

Cabe entonces preguntaros separatistas catalanes, que sabéis y conocéis la esencia de la Leyenda y de la Máxima susodichas ¿que os mueve a dividir? ¡vencer! Esto es: ganar. Eso os creéis.

Es de suponer que habéis sopesado la ganancia que se obtiene permaneciendo unidos y la que se puede obtener por separado y habéis llegado a la conclusión de que ganáis si os separáis. Pero... ¿os habéis preguntado quien gana? ¿creéis que todos de los casi dos millones que os queréis separar vais a ganar? ¿habrá para tantos?

¿A quien le interesa dividirnos?  ¿será un enemigo externo, alguien que nos envidie, nos odie o por cualquier otro motivo desee nuestro mal? ¿Quien puede querer dividirnos? ¿a quien le produce beneficio? Quizás no exista ese enemigo externo. Ni el grupo Bilderberg, ni el Islam, ni el comunismo, ni la Masonería, ni los extraterrestres, ni ninguna cosa parecida.

El enemigo está mas cerca de lo que algunos pensáis. Y no somos vuestros vecinos regionales. Están dentro de Cataluña. Y en algunos de vosotros está tan cerca que lo tenéis dentro de vuestras conciencias.

Espero que no me tengáis por un meapilas, si apelo a lo que entre los cristianos se llaman pecados capitales y las virtudes que se les contraponen. Si lo pensamos un poco, nos damos cuenta que lo que ha movido al mundo no han sido las virtudes: generosidad, humildad, castidad, paciencia, templanza, caridad; que son propias de gente pacífica, pasiva; sino los vicios o pecados capitales que son propios de gente agresiva, activa: avaricia, soberbia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza o comodidad. Digo gente y quizás debiera decir estado o estadio de la gente; ya que no creo que las personas sean siempre, a lo largo de su vida, iguales. Ni que a la gente se la pueda dividir en mala y buena. Y que cualquiera puede comportarse como héroe o villano ante un caso que se le presente.
Estos sentimientos humanos llamados vicios o pecados son los que han hecho avanzar al mundo. Por ellos se han conquistado y descubierto nuevas tierras, nuevas relaciones, nuevas tecnologías. Por ellos se han realizado grandes obras de construcción e ingeniería. Por ellos se han dominado y sometido pueblos. Por ellos se han declarado guerras o se ha guerreado sin previa declaración. Se ha saqueado, matado, esclavizado. Por ambición, envidia, gula o lujuria y con ira, se han realizado barbaridades, villanías, crímenes.

Pero el hombre, aunque sea un psicópata, no siempre es igual. El individuo evoluciona y, además, aunque sea muy escondido y leve, en su fuero interno sabe que sus hechos viciosos no han sido buenos. Tiene conciencia. Es innata. Puede ignorarla, pero sabe que existe y la tiene dentro de sí. Distingue entre lo bueno y lo malo. Y aunque lo malo le produce grandes satisfacciones, siempre tiene dentro de sí un poso de bueno que le impide gozar en plenitud de su maldad. Tiene remordimientos.

Os voy a contar ahora otra historia. Se trata de la de Francisco Gómez de Sandoval-Rojas y Borja, V marqués de Dénia, I marqués de Cea, Caballerizo mayor,  Sumiller de Corps, I Duque de Lerma, Ministro y valido de Felipe III y a los 65 años, Cardenal.

Este hombre, que mandaba tanto como, o mas que, el Rey, consiguió trasladar la Corte a Valladolid desde 1.601 a 1.606. En ambas ciudades adquirió propiedades antes de los traslados a bajo precio; primero en Valladolid y luego en Madrid las que se habían depreciado tras el traslado primero. Se hizo inmensamente rico. Se le tenía por el mas rico de España.
Cambiaron las tornas debido a las conspiraciones y perdió el favor del Rey. Hubo investigaciones y como consecuencia de ellas ahorcaron en Madrid a su valido Don Rodrigo Calderón de Aranda. Cogió miedo y pidió permiso al Rey para retirarse a sus propiedades de Lerma y solicitar de la Santa Sede el capelo cardenalicio con el fin de preservar su vida ya que a los eclesiásticos no se les ajusticiaba.
En su tiempo, anduvo en coplas. Y la que del se decía era esta: "para no morir ahorcado, el mayor ladrón de España se vistió de colorado".

También sabéis que "a río revuelto, ganancia de pescadores". De verdad ¿pensáis que va a haber peces para casi dos millones de pescadores? No os dejéis engañar.

No pongáis pretextos elevados ni altisonantes. El resto de españoles os queremos con nosotros porque nos hacéis mas grandes y fuertes. Vosotros sois mas grandes y fuertes junto a nosotros. ¿Que Euskadi tiene ventajas y no queréis ser menos que ellos? Eso se puede negociar. Ahí se puede dialogar, sopesar y alcanzar un acuerdo. Pero no os debilitéis mediante una separación. No nos debilitéis.
El amor que nos reclamáis no se puede ponderar. ¿Como se mide el amor, el aprecio, la estima? ¡¡Obras son amores y no buenas razones!! ¿Quien os ayudó desinteresadamente cuando las riadas del Vallés? ¿Quien os garantiza que vais a estar libres de catástrofes en el futuro? ¿porqué España invierte en esa zona nordeste de Iberia? Porque los hados os y nos favorecen. Vuestra situación geográfica tiene valor, pero más porque detrás estamos los demás hispanos y la mejoramos haciéndola fuerte geopolíticamente.
Los demás españoles agrandamos vuestro Mediterráneo con el Atlántico y el Cantábrico. Vuestra Plaza de España de Barcelona tiene el monumento dedicado a los ríos de los tres mares. ¿Lo sabéis todos los catalanes? Muchos españoles lo sabemos.
Vuestra lengua, vuestro folclore, vuestras costumbres, vuestra gastronomía, vuestras costas, vuestras Instituciones son tan apreciadas y queridas como la gastronomía vasca o gallega o andaluza, las voces de vuestros tenores y sopranos tan valoradas como las de los canarios o navarros. Vuestros escritores, compositores... ¡y no digamos de vuestros industriales y comerciantes! O de vuestros agricultores.
¿Que no conocemos Cataluña? Más que vosotros al resto de España. ¿De donde viene ese interés? ¿Del desprecio y el desamor? ¡¡¡No!!! No es desdén. Es estima.
Podría continuar. Pero si lo ya dicho no os ha convencido, seguir sería igualmente inútil.
En conclusión y como una prueba más de mi aprecio y el de mucha gente española, os deseo que no cometáis un error funesto.

lunes, 7 de septiembre de 2015

A la mujer que dejó de ser feminista

En una ciudad española vivían dos amigas. El colegio fue el nexo de unión. Luego, la vida siguió su curso. Mantuvieron la amistad después del colegio incluso cuando por causa del trabajo una de ellas se trasladó a otra ciudad. Se casaron. Ambas habían tenido novio muy jovencitas, pero ambas habían sufrido la decepción del desengaño por traición. Una de ellas encontró otro amor antes de los 30 años. Se enamoró de un hombre algo mas joven que ella, con buenas cualidades, con buen aspecto físico y con una profesión que podría permitirles mantenerse en familia. La otra esperó mas tiempo. Era mas exigente porque disponía de mayores recursos económicos y quería alguien de su entidad. Lo encontró. Se enamoraron y se casaron.
Esta última pareja, entre otras cosas, tenía un barco. Como las mujeres mantenían la amistad, un verano invitó la dueña del barco a su amiga y su marido a realizar un viaje de recreo por la costa levantina.
Se animaron, aceptaron, dejaron sus hijos al cuidado de los abuelos y se fueron una semana de vacaciones en barco. El barco no era descomunal. Era un barco con dos camarotes bastante para las dos parejas.
El marido de la amiga invitada era un hombre que, cuando se amaban, cuando practicaban el coito, lo sentía tan profunda e intensamente, que cuando alcanzaba el orgasmo, liberaba la tensión acumulada soltando el aire de los pulmones con inusitada fogosidad a la vez que manifestaba de viva voz su satisfacción diciendo cortas frases entrecortadas tales como ¡¡¡Dios mio!!! ¡¡¡cómo me has dejado!!! ¡¡¡ha sido el mejor "polvo" de mi vida!!! ¡¡ahhh!! !!ooohhh!! mientras soltaba el resuello.
Al principio, su esposa le tapaba la boca con la mano y le decía, entre satisfecha y asustada, ¡pero calla, que se van a enterar los vecinos de lo que hacemos! y también ¡jo, majo, me asustas. Porque vuelves los ojos como si te fueras a desmayar o morir! Y desde entonces, el marido exageraba adrede, fingiendo un orgasmo aún mas intenso y aún mas duradero.
La segunda noche de estancia en el barco, hicieron el amor. Y como acostumbraban.
Al día siguiente, la dueña del barco habló con su amiga discretamente y se mostró disgustada por lo sucedido durante la noche. No volvieron a hacer el amor en el barco.
Cuando regresaron a la rutina cotidiana, la amiga invitada, escuchó por casualidad un consultorio femenino en la radio. Y se la ocurrió escribir a la consejera contando su experiencia en el barco porque quería saber si la reacción de su marido al alcanzar el orgasmo era normal, aceptable, extraña o que.
La consejera respondió: Su amiga no ha experimentado un momento así en su vida y su marido tampoco. Su amiga no se escandalizó. Su amiga la envidió. Y el consejo que la doy es que vd. se manifieste como es, sola o en pareja; siempre. Porque si su amiga se molesta por su felicidad no merece ser su amiga. Ni tampoco tener un barco.

Y esto viene a cuento, Yael, porque en tu blog mantienes alguna contradicción. Por un lado manifiestas que para hacerte comentarios no nos dirijamos a tí como si fuésemos amigos, ni con un trato personal y directo,teniendo en cuenta que los comentarios deben ir dirigidos al gran público. Por otro lado nos pides que te apoyemos en la causa tal dirigiéndonos a tu e-mail.

Si se tiene en cuenta que estás casada (el matrimonio se realiza, tanto en Derecho Civil como en Derecho Canónico, por el mutuo consentimiento de los contrayentes manifestado libremente) ya que llevas anillo y hablas de tu pareja; se puede entender que estás al corriente de lo que publica tu marido pues vives con él.

Si tu dices en tu blog que tu comida favorita son los bebés, para conservar tu juventud, estando casada, debo entender que no te refieres a los hombres jóvenes que otras mujeres llaman "yogurines" sino a lo que todo el mundo entiende por bebé: un cachorrito humano. Esto me escandaliza y me acongoja. Porque imagino un corderito retozando en el campo vestido con sus guedejas y luego en una cazuela asado al horno. Imagino un lechón con su jeta manchada de la leche recién mamada de su madre recostada en la hierba de la dehesa, bajo una encina o un alcornoque y luego en una cazuela asado al horno. Imagino una cria de humano, mis hijos cuando fueron bebes, mis nietos ahora; y para que te voy a contar; si luego solo lo asocio para comerlo ¿en que hornos?  ¡ya tu sabes! que diría un cubano.

Si tu marido publica fotografías de una pareja en un lecho, practicando cunnilingus, no finjas que lo ignoras. Ni que tu marido se ponga estupendo fingiendo sorpresa por algún comentario descarnado escribiendo en Twitter "es curioso como algunas personas que parecen normales, pueden volverse locas por internet"

Si tu marido te tira a la piscina y lo publicáis. Y tu dices que te quieres vengar y que te enviemos sugerencias, entras en un plano personal y casi íntimo. Lo cual se contradice con lo de "no dirigirse a título personal, sino a todas las personas que lo puedan leer"
Como lo veo yo: Si una mujer está realmente enfadada no pospone la respuesta. Reacciona. Si no ha reaccionado, es porque en su fuero interno está halagada, satisfecha y hasta orgullosa de que su hombre sea un poco pícaro y no un lelo.
¿Seré yo quien fomente la revancha, el resentimiento, la venganza? No. Ni fui, ni he sido, ni soy hippy; pero me vale su lema "haz el amor y no la guerra". Y entre una mujer enamorada y el hombre de quien lo está que mejor venganza que una dulce venganza, tanto mas cuanto que la batalla va a perderla el hombre que va a ser derrotado, agotado, extenuado. ¡El triunfo del amor! Repetido hasta que se rinda y lo manifieste expresamente.
¿Que si te vengas de esa manera, no le quitarás las ganas de repetir lo de tirarte a la piscina? Por supuesto. A buen entendedor, pocas palabras bastan.

Respecto a los problemas del primer mundo y la respuesta obtenida con lo del racismo: No te engañes. El ataque es debido mas al post de la playa del apartheid. Ahí, te pasaste de frenada. No solo con la mujer (con el individuo) sino que generalizaste y extendiste tu valoración a media humanidad o mas.
Aprende o recuerda que no hay nadie tan malo, tan malo, tan malo; que no tenga algo de bueno. Y viceversa.
Respecto a que semitismo y sionismo es lo mismo, ten en cuenta que cuando la izquierda utiliza una frase hecha, un lema, una consigna o una falacia; la tienen muy estudiada. Tanto que procuran tener una puerta trasera para escabullirse. Ellos te podrán decir que se refieren a Semitas en sentido amplio y no estricto de judíos.